jueves, 26 de marzo de 2020

Decidí titular así este blog, porque la primera vez que escuché esa frase, fue en boca de una persona que a posteriori se convirtió en alguien muy importante en mi vida. Ella me ayudó a crecer, y a ver la vida de otra manera, pero sobre todo, me enseñó a que aun tengo mucho que madurar y evolucionar en la búsqueda de la felicidad por el camino de la vida.
Por ello, quiero que hagamos un trato tú y yo. Quiero compartir contigo consejos, frases, libros… cualquier cosa que a mi me ha ayudado o me ayuda a vivir mejor, a crecer. Y así mismo, quiero que tu me aportes tus consejos, tus ideas… tus inquietudes.
Pero, sobretodo, me gustaría que hicieras un trato contigo mismo. Quiero que te propongas ser feliz, quiero que lo intentes, que lo persigas, que aprendas a buscarlo, pues la búsqueda de la felicidad en si misma, ya te hará algo más feliz.

                ¿Trato hecho…?

Puedes escribirme a  ksualidad@msn.com




CIENCIA Y RELIGIÓN...
Un señor de unos 70 años viajaba en el tren, teniendo a su lado a un joven universitario que leía su libro de Ciencias. El caballero, a su vez, leía un libro de portada negra. Fue cuando el joven percibió que se trataba de la Biblia y que estaba abierta en el Evangelio de Marcos.
Sin mucha ceremonia, el muchacho interrumpió la lectura del viejo y le preguntó: "Señor, ¿usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y cuentos?"
Sí, (contestó el anciano), mas no es un libro de cuentos, es la Palabra de Dios. ¿Estoy equivocado?
Pero claro que lo está, (replicó el muchacho). Creo que usted señor debería estudiar Historia Universal. Vería que la Revolución Francesa, ocurrida hace más de 100 años, mostró la miopía de la religión. Solamente personas sin cultura todavía creen que Dios hizo el mundo en 6 días. Usted señor debería conocer un poco más lo que nuestros Científicos dicen de todo eso.
Y entonces (respondió el anciano)... ¿Es eso mismo lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia?....
El Joven respondió: "Bueno, como voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle señor, pero déjeme su tarjeta con su dirección para mandarle material científico por correo con la máxima urgencia."
El anciano entonces, con mucha paciencia, abrió cuidadosamente el bolsillo derecho de su bolso y le dio su tarjeta al muchacho. Cuando el Joven leyó lo que allí decía, salió cabizbajo, y en silencio, sintiéndose peor que una ameba... En la tarjeta decía:


Profesor Doctor Louis Pasteur
Director General del Instituto de Investigaciones Científicas
Universidad Nacional de Francia